Destino de dos cosas o de tres, del prolífero actor, director y dramaturgo argentino Rafael Spregelburd, de sólo 40 años de edad, es otro de los textos que Cirko Teatro ha presentado, alternativamente con El acompañamiento, puesta en escena de la que ya ofrecí mi opinión hace pocos días.
Son en esta ocasión Jessica Alvarez Dieguez, Alejandro Vales y Yesler de La Cruz los intérpretes, con la aparición, como regalo visual y símbolo de la mejor solución al conflicto, del niño Bernardo Vales, en el final.
El absurdo, que parte del bien valioso texto original, está apoyado con el vestuario, ademanes y otros recursos narrativos.
Sobresale la aguda expresividad de la actriz Jessica Alvarez Dieguez, cuyo manejo de las manos captó poderosamente mi atención. Alejandro Vales no está distante de ella en cuanto a concentración y uso de profesionales recursos histriónicos para la defensa de su rol, además de que, a mi juicio, es el airoso máximo responsable de todo, como director artístico, y también general de la compañía.
Los ingeniosos planteamientos mediante situaciones absurdas, tan presentes, recurrentes y cotidianas en nuestras vidas, están descritos con destreza teatral. El espectáculo de aproximadamente una hora de duración incluidos los minutos de proyección del audiovisual introductorio, puede y debe provocar risas y sonrisas entre los espectadores, en la medida en que estos se reconocen en las simpáticas acciones que describe la pareja de enamorados, inexplicables e innecesarios códigos de comportamientos que la humanidad ha asumido por consenso.
Es una suerte que la mayor parte de la obra esté sustentada por la presencia y los diálogos entre Ella y El. Los minutos finales, con la aparición del personaje Dueño, interpretado por el cubano Yesler de La Cruz, enturbian el halo poético hasta entonces mantenido, y no aporta demasiado a la comprensión del argumento, que sólo regresa por segundos a su inicial ritmo (tempo) con la Flor, salida desde el tanque de basura, con lo que finaliza la pieza.
Convoco a los amantes del teatro de ideas, del teatro de arte, a que no pierdan oportunidad de conocer por sí mismos las propuestas del Cirko Teatro.
-Pepe Murrieta. Miami Lakes, 31 de agosto de 2010-
Son en esta ocasión Jessica Alvarez Dieguez, Alejandro Vales y Yesler de La Cruz los intérpretes, con la aparición, como regalo visual y símbolo de la mejor solución al conflicto, del niño Bernardo Vales, en el final.
El absurdo, que parte del bien valioso texto original, está apoyado con el vestuario, ademanes y otros recursos narrativos.
Sobresale la aguda expresividad de la actriz Jessica Alvarez Dieguez, cuyo manejo de las manos captó poderosamente mi atención. Alejandro Vales no está distante de ella en cuanto a concentración y uso de profesionales recursos histriónicos para la defensa de su rol, además de que, a mi juicio, es el airoso máximo responsable de todo, como director artístico, y también general de la compañía.
Los ingeniosos planteamientos mediante situaciones absurdas, tan presentes, recurrentes y cotidianas en nuestras vidas, están descritos con destreza teatral. El espectáculo de aproximadamente una hora de duración incluidos los minutos de proyección del audiovisual introductorio, puede y debe provocar risas y sonrisas entre los espectadores, en la medida en que estos se reconocen en las simpáticas acciones que describe la pareja de enamorados, inexplicables e innecesarios códigos de comportamientos que la humanidad ha asumido por consenso.
Es una suerte que la mayor parte de la obra esté sustentada por la presencia y los diálogos entre Ella y El. Los minutos finales, con la aparición del personaje Dueño, interpretado por el cubano Yesler de La Cruz, enturbian el halo poético hasta entonces mantenido, y no aporta demasiado a la comprensión del argumento, que sólo regresa por segundos a su inicial ritmo (tempo) con la Flor, salida desde el tanque de basura, con lo que finaliza la pieza.
Convoco a los amantes del teatro de ideas, del teatro de arte, a que no pierdan oportunidad de conocer por sí mismos las propuestas del Cirko Teatro.
-Pepe Murrieta. Miami Lakes, 31 de agosto de 2010-
